jueves, 18 de septiembre de 2014

REFLEXIONES SOBRE LO LA HISTORIA ACTUAL Y LA ANTIGUA Y COMO SE ENTRELAZAN


“Indudablemente, en la vida no existe cosa de más admiración, ni que asimile con más
facilidad y hasta con más comprensión que los niños.
Es, a mi juicio, un gran error ocultar a éstos, con el pretexto de que son inocentes,
los grandes misterios de lo que es la vida real; pues ellos la sienten y comprenden en muchos casos mejor que los mayores Cuántos hay que en los primeros años son sabios ante los letrados, y de grandes se vuelven unos grandes ignorantes ante los mismos niños.
El niño es el futuro, el porvenir, como los hombres somos el presente, y los que dejaron el mundo pasan a ser la historia.
Los tres formamos esa trilogía que se llama, el ayer, el hoy y el mañana.
Ninguno de estos conocimientos está obligado a ocultar al niño; todos tenemos
La obligación de hacer que los conozca con el mismo derecho que nosotros mismos.
Él tiene derechos ineludibles a conocer el ayer, tal como fue, para que le sirva de
Ejemplo para hoy y de lección para mañana.
Por eso no se le debe de mentir nunca y debe de hablársele con la claridad más
comprensible de todas las cosas, pero sobre todo, de las trasformaciones políticas y sociológicas que sufrió la humanidad desde los tiempos más remotos; pero sobre todo, desde la época que es conocida en la Historia Universal, como edad moderna, en el que unas cuantas familias tuvieron el bienestar y poderío de todo el Continente, hasta que la Revolución Francesa vino a arrancar de las garras de aquellos todas las propiedades que venían usufructuando durante siglos, para entregarlas a los que hasta aquel momento habían sido vasallos, los cuales no disponían como suyo hasta entonces ni de la vida propia. e
El Acierto de la Revolución Francesa fue que se dio carta de naturaleza a crear la pequeña propiedad y el individualismo, dentro de cierta colectividad y repartir los grandes feudos entre los que habían trabajado siempre la tierra, lo cual había de ser la base del bienestar de estos pueblos, aunque para hacer todo esto hubo que arrancar todas las reformas por la violencia, única manera de quitar todos los privilegios a los nobles y pares de Francia, los cuales valían, solos, tanto como el Rey, y juntos más que él, pero que no fueron nada ante un pueblo que pedía, primero en la Bastilla y después en las Tullerías, solo estas dos cosas: Justicia y venganza.
El gran Jovellanos, el cual en varias obras que escribió a fines del siglo XVIII, daba la norma que había que seguir para transformar la propiedad rural, única manera de salvar la estabilidad política, social y económica del Reino y de conseguir su prosperidad.

La lucha de clases que tenía su origen en la falta de equidad en el
reparto del bienestar que ya disfrutaban con holgura los demás países del Continente dividen los grandes latifundios, imponen a los privilegiados la confiscación de los mismos por utilidad pública, forman la pequeña propiedad, y a la par qua surge la prosperidad de aquellos países aseguran la paz social y económica de los mismos.
En España nada de esto se había hecho al llegar al Poder los hombres de la República el año 31.
 Esta reflexión, da muestra de cómo era el pensamiento de los intelectuales de izquierdas, que fueron capaces de poner sus vidas y sus muertes, para que el sistema cambiase y tenían muy claros los objetivos y las metas, y que los logros sociales, solo se consiguen sin la resignación y con la lucha y que el capital nunca da  nada por la de buenas y que este ha de ser siempre arrebatado.
Después de la II Guerra mundial, y tras el pacto tácito de los capitalistas liberales con la socialdemocracia, y como freno al comunismo soviético, de cambiar la forma de organización social de los estados, con mas democracia y un “estado del bienestar”, apuntalado en  seguridad en el trabajo, pensiones seguras,  sanidad y educación, extendida a toda la sociedad, con unos sindicatos fuertes y una negociación amistosa con las patronales.
 Esto en España solo se atisbó después de la muerte del dictador y con el reconvertimiento,  sin ganas, del  franquismo a la democracia.
Era la época de la disyuntiva de si “Transición o Ruptura”, que se saldó con una transición, que como se decía  de aquella, fue la de  “los mismos perros  con distintos collares”.
 Ahora nos encontramos nuevamente, en un estado mundial de transición, en donde los modos reales de gobierno, se encuentran con la democracia noqueada por los “MERCADOS y sus exigencias, con  un estado de violencia y guerras consentidas y  estimuladas  y  donde las desigualdades nuevamente han crecido hasta ser obscenas.
Tenemos unos partidos y sindicatos noqueados aun, tras la tras la adormidera que significó “el estado de bienestar”, que se poco a  poco va dejando de existir.
Nos adentramos en una etapa en que el capitalismo, atrincherado tras la punta de ataque de LOS MERCADOS Especulativos, van creando ,crisis tras crisis, rompiendo de manera unilateral, el “pacto del estado de bienestar”, el gobierno democrático de los estados  supeditados a organismos no democráticos de poder y con un retroceso de las consecuciones sociales.
Están avocando al mundo a un a etapa prerrevolucionaria, en  el sentido francés de  revolución.
No hay un Rey Absolutista que motive el descontento, ahora  son los MERCADOS, su manera inhumana de actuar, es el FMI y TROIKAS que nadie eligió y que gobiernan sobre los países, de manera directa en unos casos y de indirecta en otros. 

Yo no tengo la formula y la receta, pero como ya antes en la reflexión de mi abuelo, habrá un momento en  que “ la falta de equidad en el reparto del bienestar que ya se disfrutaba con holgura e algunos países y sobre la que se asienta la paz social, llegará a que la impudicia de los privilegiados y su deslealtad social, lleve en algún momento de la historia, nuevamente, a  la confiscación de los mismos por utilidad pública, volviendo a fomentar la pequeña propiedad, y a la par el resurgir de la  prosperidad repartida  en los diversos países, que nuevamente aseguran la paz social y económica de los mismos.
Como dijo un revolucionario francés,  “nunca se sabe el tamaño de la chispa que se necesita para hacer estallar el barril de pólvora que inicia una revolución ni su alcance.

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